miércoles, 10 de abril de 2013

Neoconductismo



Skinner, Tolma y Hull

El fundador de esta corriente a B. F. Skinner (1904-1990) y en menor medida Thorndike y Hull. El neoconductismo es la evolución de la corriente conductista que hace del fenómeno del aprendizaje su objeto de investigación principal. Su propósito común es el de elaborar una teoría general del aprendizaje, basada en la experimentación con procedimientos de condicionamiento clásico e instrumental, que pueda extenderse, con las debidas matizaciones, a la conducta aprendida en general y, específicamente, a la conducta compleja que es característica del ser humano.
Surge aproximadamente en 1920 cuando existían psicólogos de inclinación conductista que no estaban de acuerdo con el radicalismo de la formulación de Watson. Muchos estaban dispuestos a aceptar completamente la metodología, pero no estaban de acuerdo en reducir la conducta a la fórmula estricta Estimulo –Respuesta.
Estos Psicólogos abandonan el modelo conductista clásico ya que lo consideran limitado y, en cambio, subrayan que entre los estímulos y las respuestas intervienen procesos mentales capaces de transformar la información proporcionada por aquéllos.
Este enfoque neoconductista se basa en la analogía mente – ordenador. Estudia lo que ocurre en la mente de una persona cuando realiza una tarea determinada (procesos mentales) y la forma en que almacena y utiliza su conocimiento (estructuras mentales). El ser humano no es un ejecutor pasivo de respuestas, sino un procesador activo de la información que recibe del entorno.
En la actualidad, el enfoque conductista es mucho más amplio y flexible que en tiempos de Watson. Los conductistas modernos todavía investigan estímulos, respuestas observables y aprendizaje. Pero también estudian cada vez más los fenómenos complicados, que no se pueden observar directamente, como el amor, la tensión, la empatía, la confianza y la personalidad. A este nuevo tipo de conductismo se le suele llamar neoconductismo ("neo significa nuevo) para distinguirlo del enfoque ortodoxo de Watson.

La principal característica de la postura neoconductista es su insistencia en planear preguntas muy precisas y bien delimitadas usando métodos objetivos y llevando a cabo una investigación minuciosa.
Otra característica del neoconductismo constituye sus intentos de desarrollo teorías generales del comportamiento, sobre todo a partir de experimentos con animales.

Skinner señala que el aprendizaje explica la conducta, y el aprendizaje, por su parte, está controlado por los reforzadores. Sólo la conducta observable y medible puede sentar las bases para predecir, explicar y controlar la conducta. Por lo tanto, Skinner se concentra en hallar los vínculos observables entre el comportamiento y las condiciones que lo ocasionan o controlan. Por ejemplo, Skinner no cree que los impulsos como el hambre o la sed necesariamente expliquen la conducta. Afirma que la sed de limita a describir una relación entre la condición estimulante y la acción de beber a la que conduce. En otras palabras, un día caluroso y una garganta seca son estímulos que producen una respuesta conductual: beber agua. No aporta nada a la explicación especular sobre lo que sentimos cuando estamos sedientos. De manera similar, nuestra conducta hacia otra apersona está determinada por aspectos de esa persona y por la situación en la que nos encontramos.
Skinner puntualiza que si bien, la situación específica determina la respuesta, no toda la gente reacciona del mismo modo frente a una situación dada.
Por su parte, Skinner está de acuerdo con los teóricos tradicionales de la personalidad en que el desarrollo en la infancia reviste especial importancia para explicar los patrones del comportamiento adulto, no obstante, se basa solamente en la especificación de las "contingencias de reforzamiento" que una persona experimenta durante su desarrollo. De esta forma, un niño recompensado cuando muestra curiosidad, tendrá una mayor tendencia a presentar una conducta curiosa en diversas situaciones, no sólo en la infancia, sino también en la edad adulta. Estos patrones de conducta aprendidos se convierten en las bases para los diferentes tipos de congruencia llamados "personalidad".


NEOCONDUCTISMO INTENCIONAL (Tolman)

Aunque algunos autores sitúan a Tolman en el grupo de las teorías como la Gestalt, la mayoría los encuadran en el neoconductismo ya que sus estudios se desarrollaron en el campo del aprendizaje y la conducta animal.

De la conducta animal, Tolman destacó los siguientes aspectos:
La conducta propositiva: parece tender hacia metas.
La necesidad de los animales de interaccionar con los objetos.

La tendencia animal a descubrir y preferir soluciones fáciles antes que las difíciles.
Ahora se suele indicar también que Tolman es el primer cognitivista:
porque usa conceptos mentalistas en la explicación de la conducta;
porque con su tesis de la existencia de mapas cognitivos parece defender una teoría representacional.

Explica la conducta en función de lo que el animal sabe: expectativas, conductas medio-fin, mapas cognitivos. Una importante diferencia respecto de las explicaciones de Hull: pare este autor el conocimiento aparente del animal que se refleja en su conducta era fruto de la concatenación interna de respuestas implícitas a estímulos implícitos (nociones mecanicistas, no mentalistas), para Tolman, sin embargo, dicho conocimiento aparente es una consecuencia de un conocimiento más profundo de las contingencias externas que el animal conseguía (explicación mentalista: el animal adquiere representaciones espaciales del medio).


OBJETO DE ESTUDIO: la conducta observable. Pero defiende un neoconductismo intencional: esa conducta es considerada de modo propositivo (mantenimiento de la conducta en una dirección determinada) e intencional. Además se explica la conducta en términos de variables intermedias (llamadas así porque se sitúan entre el Estímulo o variable independiente, y la Respuesta o variable dependiente): los mapas cognitivos (representaciones de la situación y con los que el animal puede desenvolverse en el medio).
 
Método: utiliza el método experimental, con pruebas de laberinto. En estas pruebas la solución del animal al problema propuesto era explicada introduciendo variables intervinientes (no observables) del tipo expectativas o mapas cognitivos, lo cual supone que el aprendizaje es una modificación del conocimiento que el animal tiene de las relaciones entre eventos ambientales.

Concepción del organismo: el organismo es activo: los sujetos aprenden no por asociaciones E-R, sino en función de las variables intermedias citadas.

NEOCONDUCTISMO DEDUCTIVO (Clark Hull)

Hull quiso establecer los principios básicos de una ciencia de la conducta, con la idea de que tales principios pudiesen explicar la conducta de animales de distintas especies, así como la conducta individual y la social. En sus obras principales “Principles of Behaviour: An Introduction to Behaviour Theorie” (1943) y “A Behaviour System” (1952) establece una serie de postulados de los que deduce corolarios y teoremas. Su “teoría sistemática de la conducta” propone el “hábito” como concepto central. La “fuerza del hábito” dependerá de que la secuencia estímulo-respuesta venga seguida de cerca por el reforzamiento y de su magnitud. Por su parte, el reforzamiento dependerá de la reducción del impulso (drive) asociado con una necesidad biológica (motivacional, emocional, etc.).
A diferencia de Tolman, Hull no prefiere las explicaciones mentalistas, para él el aprendizaje no es otra cosa que una serie de respuestas desencadenadas por los estímulos jerárquicamente dispuestos en función de su fuerza asociativa.

Hull desarrolló su trabajo bajo las ideas del llamado positivismo lógico (neopositivismo), doctrina que quiso analizar la lógica de la ciencia y que dio importancia a los dos aspectos siguientes:

Las teorías debía ser coherentes, y en el mejor de los casos construirse al modo de los sistemas lógicos deductivos.
Los términos teóricos debían definirse operacionalmente a partir de referencias en la definición a realidades observables.
 
El sistema propuesto por Hull incide, y por analogía con las ciencias formales, en los principios de coherencia interna. Esto no quiere decir que se aleje de la experiencia empírica pues Hull también estableció unas normas de correspondencia para mediar entre los datos empíricos y los postulados y teoremas de la teoría. Idea de teoría para Hull: las teorías deben partir de principios primarios y postulados; de ellos se deben deducir principios secundarios que correspondan a fenómenos observables; el rigor en esta concatenación deductiva debe ser análogo al que la geometría obtiene derivando los teoremas o principios secundarios de los principios primarios.

Dado que admite variables intermedias no-observables en la explicación de la conducta, algunos autores dicen que la teoría de Hull es representacional, si bien se añade el matiz de que las variables intervinientes (inobservables) manejadas por él no eran constructos hipotéticos, sino variables con apoyo empírico y que relacionan estímulos con respuestas, sin hacer una interpretación en términos psicológicos o fisiológicos; parecían ser meros símbolos matemáticos con una función sintáctica.

Objeto de estudio: al entender la conducta como un mecanismo de supervivencia del organismo, su perspectiva es la funcionalista; a ella se añade la teoría del refuerzo, por influencia de Thorndike, Pavlov y Tolman. La conducta es explicada en términos de hábito, hábitos que el organismo adquiere con el objetivo de reducir el impulso. Por su parte, el impulso no es otra cosa que la expresión de un estado de necesidad y es una variable intermedia de naturaleza fisiológica.

Método: utilizó el método hipotético-deductivo, aunque primando más los aspectos lógicos y deductivos de la teoría: quiso establecer los postulados o axiomas a partir de los cuales deducir las leyes y teoremas que explicaban la conducta y que debían ser probados empíricamente.

Concepción del organismo: organismo activo con capacidad de adaptación y que aprende por refuerzo (el que se da como reducción del impulso).



TEORIA DE LA DISONANCIA COGNITIVA

INTRODUCCIÓN

Se ha comprobado a menudo, y a veces se ha señalado, que el individuo procura lograr la consistencia dentro de sí mismo. sus opiniones y actitudes, por ejemplo, suelen existir en grupos que son interiormente consistentes. Claro está que hay sus excepciones probablemente. Una persona puede pensar que los negros son iguales que los blancos y, sin embargo, no querer vivir en la compañía de ellos; o puede opinar que los niños deben estar callados y sin molestar pero al mismo tiempo estar muy orgullosa de que sus hijos se porten de manera agresiva y de que capten así la atención de las personas mayores que visitan su casa. Que se den dichas incoherencias puede parecernos hasta algo teatral. En primer lugar porque atraen nuestro interés y, en segundo lugar, porque se alzan en agudo contraste contra el telón de fondo de la consistencia. lo que es una verdad innegable es que las opiniones y las actitudes de una persona sosn consonantes las unas con las otras.
 
Hay el mismo modo de consistencia entre lo que una persona sabe o cree y lo que hace. por ejemplo un sujeto que cree que la educación universitaria es buena, probablemente alentará a sus hijos a educarse en la universidad; un joven que sabe que va a se castigado por una falta determinada, tratará de no cometerla o, por lo menos, de que no lo descubran. Esto no debe sorprendernos; es una regla general, que ya la damos por sabida. Una vez más, lo que atrae nuestro interés son las excepciones y no la conducta normal. 
 
Suponiendo que la consistencia es lo normal, ¿qué sucede con las excepciones que enseguida vienen a nuestra imaginación? Sólo de vez en cuando, si es que ello sucede alguna vez, se da el caso de que la persona en cuestión las acepte como inconsistencias. Lo común es tratar con más o menos suerte de racionalizar estas inconsistencias.
Pero hay personas que no siempre tienen la misma suerte en racionalizar sus inconsistencias. Por una o por otra razón, los intentos para conseguir la consistencia pueden fracasar. Entonces, sencillamente, lo que pasa es que la inconsistencia sigue existiendo. En estas circunstancias, es decir, ante una incoherencia así, hay una incómodida psicológica.
 
Leon Festinger, ha sustituido la palabra inconsistencia por un término con una connotación menos lógica, la palabra "disonancia". igualmente ha sustituido la palabra consistencia por un término más neutral, que es "consonacia".
Las hipótesis básicas que quiere formular son las siguientes: 1) La existencia de la disonancia, siendo así que es psicológicamente incómoda, hace que la persona trate de reducirla y de lograr la consonancia. 2) Cuando la disonancia está presente, además de intentar reducirla, la persona evita activamente las situaciones e informaciones que podrían probablemente aumentarla.
 
En resumen, se quiere afirmar que la disonancia, o sea la existencia de relaciones entre cogniciones que no concuerdan, es un factor de la motivación, y lo es por derecho propio. el término cognición, quiere expresar cualquier conocimiento, opinión o creencia sobre el medio, sobre uno mismo, o sobre la propia conducta. La disonancia cognitiva es una condición antecedente que nos lleva hacia una actividad dirigida a la reducción de la disonancioa; del mismo modo que el hambre nos lleva a una serie de actos que se orientan hacia quitar el hambre.
Extracto de la obra de León Festinger: Teoría de la disonancia Cognitiva, por A. Ovejero. En Psicothema, 1993, vol. 5, n° 1, pp.201-206. Consultado en: http://www.psicothema.com/pdf/873.pdf


 

La disonancia cognitiva, una fuente de malestar psicológico

La teoría de la Disonancia Cognitiva fue enunciada por Leon Festinger en 1957, considerándose desde entonces una de las más importantes y de mayor aplicación dentro del campo de la Psicología Social. Según reveló el propio Festinger, fueron los resultados de otros autores que investigaban sobre los rumores los que le llevaron a la idea que supuso el eje central en todo el desarrollo posterior de su teoría, es decir, que las personas necesitan una justificación de sus creencias y de su conducta.
La teoría de Festinger supuso un gran acontecimiento para los psicólogos del momento, ya que rebatió algunos de los principios fundamentales del conductismo, poniendo en duda la utilidad del refuerzo para modificar las actitudes. Además fue una teoría muy novedosa, al formular una serie de postulados apoyados en una cuidadosa experimentación, que demostraron cómo la conducta cambia las creencias y las actitudes.
 
Conceptualmente, la disonancia se puede definir como una experiencia psicológicamente desagradable, que va acompañada de cierta ansiedad e inquietud, y que está provocada por la inconsistencia entre cogniciones.
La idea de cognición a la que alude Festinger en su teoría es muy amplia, entendiéndose como tal, cualquier conocimiento, opinión o creencia sobre el medio, sobre uno mismo, o sobre la propia conducta. De este modo, se considera cualquier elemento de cognición, tanto lo que una persona sabe sobre sí misma, como percepciones, actitudes, creencias o sentimientos sobre el entorno físico o sobre otras personas o grupos. Precisamente es esa generalidad en el planteamiento de la teoría lo que ha hecho que sea aplicable a muchos de los tópicos de los que se ocupa la Psicología y que implican procesos relacionados con cognición, motivación y emoción.
Los elementos de cognición sobre los que se articula la teoría se refieren siempre a aspectos que reflejan realidades físicas, sociales o psicológicas. No obstante, hay que hacer hincapié en que se trata de una visión de la realidad subjetiva y propia de cada persona. En este sentido, la persona puede vivir el contenido de esas cogniciones como real, aunque objetivamente no lo sea.
La disonancia puede surgir por múltiples causas. Una de ellas es la inconsistencia lógica entre creencias porque son contradictorias. Por ejemplo, en aquellas ocasiones en que una persona contrapone las ideas sobre el origen del mundo descritas en la Biblia con las procedentes de las teorías de la evolución. Otra causa frecuente de la disonancia tiene su origen en convencionalismos sociales. Ese sería el caso de una persona que asiste con ropa inadecuada a una recepción en la se exige traje de gala. Dado que su conducta no es consonante con lo que la cultura ha determinado como conveniente en esa situación, es fácil que experimente disonancia. Asimismo, cada vez que una persona actúa en contra de actitudes previas, lo común es que experimente disonancia, como en el caso de una persona que se considera ecologista y no recicla los desperdicios.
La magnitud de la disonancia o, lo que es lo mismo, el mayor o menor grado de malestar psicológico, depende de la relación entre diferentes cogniciones. Que esa relación entre elementos de conocimiento sea más o menos disonante viene determinado, fundamentalmente, por dos factores:
  • La proporción de cogniciones disonantes en relación con las cogniciones consonantes.
  • La importancia de cada una de esas cogniciones para la persona.
Como ya se ha mencionado anteriormente, una vez que ha aparecido la disonancia, la persona intentará reducirla para recuperar el bienestar psicológico. La motivación para reducir la disonancia va a depender de la intensidad con la que se manifieste. De este modo, cuanto mayor sea el malestar psicológico, mayor será el empeño en disminuir esa incomodidad.
De entre todas las alternativas existentes para reducir la disonancia cognitiva, el ser humano tiende a escoger aquella que personalmente le resulta más sencilla y eficaz en un determinado momento. En general dichas alternativas son las siguientes:
  • Eliminar cogniciones disonantes.
  • Añadir cogniciones consonantes.
  • Reducir la importancia de las cogniciones disonantes.
  • Aumentar la importancia de las cogniciones consonantes.
Que los seres humanos cambien unos elementos u otros depende de la resistencia al cambio de cada uno de ellos. El factor más importante para la resistencia al cambio es que la cognición se corresponda con la realidad, ya que resulta muy difícil modificar creencias que surgen de la evidencia o que se relacionan con el ambiente, cuando la realidad es clara e inequívoca.
La Teoría de la disonancia cognitiva está muy influenciada por los factores socioculturales. De hecho, en muchas ocasiones, la realidad no es una verdad clara, sino que se trata de algún asunto establecido socialmente y por común acuerdo con otras personas. En este tipo de situaciones, encontrar a otras personas que apoyen las nuevas cogniciones puede ser una forma de reducir la disonancia. Por ejemplo, tomando el caso de una persona que deja de creer en las consignas del líder de su partido y modifica sus convicciones respecto a la capacitación de ese individuo para ejercer su puesto. Si esa persona encuentra otros miembros del partido que apoyen ese cambio en sus opiniones sobre el líder, le será más fácil reducir la disonancia producida por su cambio de actitud.
En aquellas ocasiones en que la disonancia se produce como resultado de haber realizado una conducta contraria a una determinada actitud, modificar esa conducta es la forma más eficaz de reducir la disonancia. No obstante hay una serie de circunstancias que dificultan el cambio de acciones, entre las que destacan las siguientes:
  • Cuando modificar la acción genera algún tipo de pérdida. Un ejemplo sería el caso de un empleado de una empresa que realiza un exceso de llamadas telefónicas privadas. La disonancia surge de su conciencia de cometer una acción poco ética que puede costarle el empleo y de su constatación de que se está beneficiando y ahorrando una suma de dinero. En un caso así, la resistencia al cambio se explica por la magnitud de la pérdida que dicho cambio provocaría.
  • Cuando la conducta es muy satisfactoria, y lo sería plenamente de no ser por la disonancia. Un ejemplo sería el de un ludópata que obtiene una gran satisfacción cuando la conducta está presente, aunque le provoque disonancia el tener que afrontar las consecuencias que le acarrea el juego.
  • Cuando el cambio es imposible, por tratarse de conductas que la persona no tiene en su repertorio de habilidades o porque las conductas no se hallan bajo el control voluntario del sujeto.
Finalmente, se puede afirmar que, en determinadas ocasiones, el malestar psicológico producido por la disonancia cognitiva requiere la intervención del psicólogo. En estos casos, el profesional ayuda a detectar la disonancia cognitiva y proporciona habilidades necesarias para que el sujeto deje de actuar en base a este fenómeno y comience a tomar las riendas de su propia vida.
Información consultada en:
Fundamentos de la Teoría
Cognición: Conocimiento que la persona tiene sobre sí misma, sobre su conducta manifiesta o sobre su entorno. Son creencias que la persona experimenta como reales (no necesariamente lo son), y que pueden referirse a una realidad física, psicológica o social: De ahí deducimos la importancia de la conducta que la persona ha realizado, como elemento del que no se puede negarse su realidad.
Según esto, las opiniones que una persona sostiene (a no ser cosas incuestionablemente reales), no serían elementos de conocimiento según ésta conceptualización que Festinger hace de la cognición.
Festinger, sustituye el concepto de inconsistencia por el de disonancia (debe entenderse como un factor emocional y no cognitivo). La disonancia tiene un componente de activación fisiológica que produce sensaciones desagradables: motiva el cambio para buscar la coherencia ó reducción de la disonancia.
Entre dos elementos de conocimiento, pueden existir 3 tipos de relaciones:
  1. Irrelevantes: no tienen nada que ver uno con otro.
  2. Relevantes: importantes el uno para el otro. Serán disonantes cuando uno es contradictorio o incoherente con el otro (A no supone siempre B).
  3. Consonantes: Cuando, considerados aisladamente, de uno de ellos se puede inferir el otro.
A veces, la disonancia entre elementos, proviene de las normas sociales Þ pueden ser incoherentes en una cultura y no en otra.
La disonancia también puede surgir cuando hay incoherencia entre una actitud general y otra más concreta, que se supone que es característica fundamental de la actitud general (ser ecologista y contaminar).
No es la incoherencia entre cogniciones lo que va a motivar el cambio sino el malestar psicológico que se vive como tensión.
No se busca la consistencia cognitiva sino la recuperación del bienestar psicológico.
Magnitud de la disonancia
 
La elección entre 2 alternativas factibles pero excluyentes, es una de las situaciones en las que siempre aparece disonancia: Cada vez que una persona decide entre conductas alternativas, existen cogniciones que justificarían el haber hecho lo contrario: aparece la disonancia.
El grado de disonancia que una persona experimenta depende de:
  1. La importancia de los elementos cognitivos para la persona. La disonancia aumenta según aumenta la importancia que concedemos a los elementos disonantes (Una persona que aprecie el orden, experimentará disonancia si no ordena su cuarto).
  2. La proporción de elementos cognitivos disonantes en relación con los consonantes: A mayor proporción de elementos disonantes mayor consonancia.
Reducción de la disonancia
La motivación para reducir la disonancia depende del grado o intensidad con la que se manifiesta: Cuanto mayor sea la experiencia de inquietud psicológica, mayor será el interés por restablecer el equilibrio.
Una vez que el sujeto se decide por una conducta que es disonante con su actitud, existen 4 alternativas para reducir la disonancia, entre las que se escogerá la que reduzca la disonancia de modo más fácil y eficaz:
 
  • a) Cambiar uno de los elementos de forma que sean más coherentes entre sí (retractarse de la conducta o modificar sus creencias o actitudes). Rara vez se cambia el elemento conductual (no siempre es posible). Lo mas sencillo es cambiar el elemento cognitivo.
  • b) Cambiar la importancia de los elementos (considerar que son más importantes aquellas creencias que apoyan la conducta elegida).
  • c) Añadir nuevos elementos cognitivos consonantes con su conducta.
  • d) Reducir la inquietud recurriendo a tranquilizantes (actuando pues sobre aspectos fisiológicos).
Consultado en:
http://www.psicologia-online.com/pir/teoria-de-la-disonancia-cognitiva.html